Lejos del kitsch y de los tópicos volvemos a descubrir la Ruta66. Encontramos músicos, películas de Hollywood, indios y bandidos, triunfos y tragedias. Hay mucho más que la nostalgia de los años 50.



viernes, 24 de febrero de 2012

Las ciudades de la Ruta 66 - 5. La Locura tiene un Nombre: Las Vegas

Uno puede amar u odiar a Las Vegas, pero nadie queda indiferente. Los que quieren a la capital del ocio suelen expresar su fascinación en pocas palabras. Dicen que es divertida, fantástica o simplemente loca. La estupefacción tiene su lógica: Las Vegas abruma el visitante como un tsunami de impactos a todos sus sentidos. Todo son luces, música, ruidos. El indefenso humano queda totalmente desbordado.
Nada es real en la capital de la diversión. Ni la Torre Eiffel, ni las góndolas en los canales de Venecia. Pero Las Vegas es sincera: no pretende ser real. Todo son fachadas de luces, detrás de ellas curran electricistas lituanos y obreros mexicanos para mantener la maquinaria funcionando. Las Vegas no tiene otra base económica que el consumo y el juego.
Cada año unos cuarenta Millones de turistas invaden el Strip, el Boulevard de ocho kilómetros de largo que concentra los hoteles y los casinos. La mayoría de los visitantes son americanos, muy atraídos por el juego que, a pesar de su popularidad, está bastante restringido en Estados Unidos. Sobretodo los jubilados dejan una impresión algo triste, jugando solos y aislados con las máquinas tragaperras. Los visitantes europeos están menos fascinados por el juego sino por la infinidad de diversiones que ofrece la ciudad.
Los hoteles en sí han sido convertidos en atracciones. Cada uno tiene su tema decorativo, desde los palacios y el circo romano, hasta las pirámides egipcias. Algunos solo se pueden describir como “kitsch”, otros son realmente impresionantes como el Venetian o el Caesar’s. El modelo empresarial es simple pero requiere una infraestructura enorme: Dentro de su hotel el viajero encuentra absolutamente todo lo que pueda necesitar para su diversión: casino, piscina, zona de shopping, restaurantes, bares, discotecas, conciertos, espectáculos. No hace falta salir del hotel y justo esto es lo que se quiere evitar. Por tanto, a menudo se convierte en una tarea difícil, encontrar la salida. Tampoco hay ventanas o relojes. El cliente debe olvidar que existe un mundo fuera de su hotel.
De los 20 hoteles más grandes del mundo, 13 se encuentran en Las Vegas, a pocos metros de distancia. El mayor de la ciudad y segundo del mundo, el Venetian, cuenta con 7.100 habitaciones. Pero la competencia es muy dura entre los establecimientos y la actual crisis económica ha tenido efectos potentes. Algunos hoteles clásicos como el Sahara han tenido que cerrar, varios proyectos nuevos sufrieron graves problemas financieros y algunos siguen parados. Los precios de las viviendas han caído en picada.
Ahora bien, fuera de las luces del Strip, Las Vegas es una ciudad fea y desordenada y manca de cualquier encanto. Pero al viajero le queda la posibilidad de emprender unas excursiones muy bonitas. Mi sitio favorito es el parque estatal “Valle de Fuego”. A solo 80 kilómetros del consumismo frenético representa un paraíso de la paz entre paisajes preciosos y rocas impresionantes. Parece increíble que solo unos pocos de las decenas de miles de turistas en Las Vegas se adentren en estos parajes fantásticos.
La otra alternativa es la excursión al Mount Charleston, con 3.630 metros la montaña más alta del sur de Nevada. En coche se puede subir hasta el pequeño pueblo del mismo nombre. Es un gusto tomar algo en una terraza a más de 2.300 metros de altitud y disfrutar de las vistas panorámicas y de unas temperaturas muy agradables. Ahí arriba, la locura de Las Vegas parece algo de otra galaxia.
Durante el próximo viaje por la Ruta 66, saliendo el 26 de Mayo 2012, celebraremos una boda en Las Vegas. Con Cadilac y todo. Elvis tambien está invitado. Más información en la web www.rumbo66.es. Además habrá una salida a Cabo Norte a finales de Junio y otra a Canadá en Agosto.