Lejos del kitsch y de los tópicos volvemos a descubrir la Ruta66. Encontramos músicos, películas de Hollywood, indios y bandidos, triunfos y tragedias. Hay mucho más que la nostalgia de los años 50.



lunes, 30 de enero de 2012

Las ciudades de la Ruta 66 - 4. Albuquerque

El nombre de la mayor ciudad de Nuevo México no deja ninguna duda sobre sus raíces y su origen hispano. Fue fundada en 1706 como puesto periférico de la Nueva España y nombrada en honor al Duque de Alburquerque, menuda ciudad en la provincia de Badajoz, cerca de la frontera portuguesa. A lo largo del tiempo los americanos se olvidaron de la primera “r”.

El centro colonial de la ciudad llamado “Old Town” se mantiene intacto y es una de las atracciones turísticas de la región. Su arquitectura es una curiosa mezcla entre el estilo colonial español y las técnicas tradicionales de construcción de los “indios pueblo” que vivían en una multitud de casas adosadas, hechas de adobe. El centro del casco antiguo está formado como en toda América Latina por la Plaza de Armas y la iglesia. Las estrechas calles están llenas de tiendas de souvenirs y artesanías, restaurantes y bares. Pero mucha marcha no se puede esperar, todo cierra muy temprano en esta zona de la ciudad.

La vida de noche se encuentra a un par de kilómetros al este, en el centro moderno. La Central Avenue se convierte cada noche de viernes y sábado en un desfile de motos y coches tuneados. Albuquerque es la auténtica capital americana del tuning. Cualquier técnico del ITV enloquecería o sufriría un ataque de corazón. Parece que todo esté permitido. Pero la libertad americana no es infinita: Por la noche no se puede acudir a ningún establecimiento del centro sin tener que sacar el carné de identidad que por encima será escaneado. No hay bar sin segurata y a partir de las 11 la policía hace presencia masiva.

Si bien Albuquerque ha vivido épocas de mucha delincuencia, habitualmente relacionados con su cercanía a la frontera mexicana (que de hecho está a 400 km), gracias a la política de mano dura el nombre de la ciudad no aparece en el famoso estudio anual de Morgan Kittney sobre las localidades más peligrosas de Estados Unidos. Teóricamente hablando, con su sólida base económica no debería tener ningún problema de delincuencia: A principios del siglo 20 creció como un centro de salud para la cura de enfermedades respiratorias, gracias a su clima seco y equilibrado. Durante la segunda guerra mundial el ejército estableció grandes bases cerca de Albuquerque y la universidad participaba en el desarrollo de la bomba nuclear. A partir de aquí la ciudad se desarrolló como centro tecnológico. Incluso Microsoft tuvo su sede durante años a solo un bloque de la Central Avenue.

Desde el punto de vista turístico, Albuquerque es una ciudad muy interesante y representa un campo base fantástico para explorar el grandioso estado de Nuevo México. Albuquerque cuenta con museos dedicados a la serpiente cascabel, la energía nuclear, el holocausto y la cultura nativa. Celebra su legado hispano en el National Hispanic Cultural Center. Justo detrás de la ciudad se levantan los Montes Sandía hasta 3.255 metros y ofrecen fantásticas vistas panorámicas de las llanuras semidesérticas. En una zona volcánica en las afueras se encontró gran cantidad de pinturas rupestres proclamadas monumento nacional. La bella capital del estado, Santa Fe, está a menos de una hora de distancia, un poco más arriba se puede visitar Los Alamos, donde se inventó la bomba nuclear, y varios pueblos de indios en el valle del Río Grande.

Y se puede tomar una foto de la señal que indica otro pueblo de 150 habitantes con aparentes raíces hispanos: Madrid.

Para cualquier información adicional acerca de nuestros viajes en Moto, os podéis poner en contacto por teléfono 637 747 839 o por e-mail escribiendo a rumbo@rumbo66.es. La próxima salida por la Ruta 66 será el 26 de Mayo del 2012. Luego habrá más viajes en Julio, Agosto y Septiembre. Los datos exactos y más info podéis consultar en www.rumbo66.es





Río Grande cerca de Los Alamos, Nuevo México.

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