
Por la tarde cogimos el coche para hacer una excursión al desierto. El Valle de Fuego es un lugar hermoso y todos hemos quedado sorprendidos como solo una docena de los 100.000 turistas en Las Vegas se desplaza unos 70 kilómetros para ver este espectáculo natural. En medio de unas rocas gigantes de un color rojo intenso se esconden unos pequeños paraísos verdes. También hay dunas y pinturas rupestres de los indios que habitan el desierto desde hace miles de años. Un sitio precioso. Todo el contrario de Las Vegas. Hay silencio. Pero un par de horas más tarde ya hemovolvimoa a la locura ruidosa y divertida de Las Vegas.
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