Por la mañana hemos dejado la zona metropolitana de Chicago. De golpe nos hemos encontrado en un mundo tranquilo y rural. La 66 es una carretera pequeña con poco tráfico que atraviesa pueblos pintorescos e inmensos campos de maíz y soja. Una etapa poco espectacular, pero relajada y agradable.
400 km más adelante hemos llegado a las orillas del rió Mississippi. Es inmenso. En toda Europa no hay ningún río de esas dimensiones. Desde el puente se ve el punto donde se unen el Missouri y el Mississippi. Siempre me hace pensar en las fuentes del Missouri cerca del minuto pueblo Three Forks en Montana: Es uno de los sitios más bonitos que conozco. Pero está a casi 3.000km de aquí.
Tenemos suerte, el tiempo nos acompaña.
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